domingo, 22 de julio de 2007

Se nos pasó el arroz

Llanos Párraga

Hemos acabado todos, mejor o peor, pero ya disfrutamos de horas de sueño, fiestas y playa. Se acabaron los madrugones a diario, se acabaron los nervios, se acabó la cafeína y cualquier remedio casero para permanecer despiertos en las largas noches de estudio, se ha acabado el curso y se nos ha pasado el arroz.

Es normal que haya gente a la que esta palabra no le sugiera nada en especial, pero para los que estudiamos en Elche supone un año sin paellas. Aquellas maravillosas paellas de larga trayectoria y reconocida fama, por otros campus, nos han fallado este año. Para los que entramos nuevos en septiembre era una motivación más que servía para convencerte de que sí, has acertado de carrera, aunque tu bachiller no coincida con lo elegido, ¿ y qué? Tú tendrás las paellas de la primavera de Elche. Vale, pues no, este año no ha podido ser. Si de verdad querías saber lo que eran unas paellas universitarias tenías que salirte de aquí y colarte, como invitado que no las tendrá en su universidad, en las de Alicante, Murcia u Orihuela. Una vez que has conseguido adaptarte al ambiente festero, tenías que poner las mejor de tus caras para explicar a los más curiosos la razón por las que no las tenemos.

Y la pregunta que surge es: ¿esto es un castigo por niños/as malos/as?, ¿se volverán a celebrar?, o ¿la falta de lluvia en esta zona ha impedido cultivar arroz?

Sea como fuere, nos quedamos con las ganas y esperemos que no por más años, la lección ya está aprendida y las ganas aumentan. Desde aquí reivindicamos, aunque nuestras palabras se las lleve el viento, que queremos que vuelvan las paellas a nuestra universidad, y que vuelvan a ser lo que eran, que no es poco.

En septiembre, esperamos seguir ojeando por este mundo y aludir aquellas cosas que nos gusten más o menos con la finalidad de expresarnos y, alguna que otra vez, desahogarnos.

Os deseo a todos los lectores y a aquellos que hacen posible Génesis que paséis unas buenas vacaciones, y gracias por seguir leyéndonos.